viernes, 3 de abril de 2009

ANECDOTA 5

Hace aproximadamente cuatro meses, se acerco a mi Paulina una niña muy tranquila y me dijo maestra porque a mi no me consientes? le pregunte que por que me decía esas palabras no me contesto solo se agacho y se fue; pasaron los días y yo olvide lo que Paulina me había dicho, hasta que un día a la hora de la salida llego la mamá de Paulina, raro porque la señora trabaja y la que recoge a la niña es su cuñada,la mamá me dijo que quería hablar conmigo yo le dije que con gusto la atendería que solo me permitiera entregar a los demás niños.Cuando todos los pequeños se habían retirado se acerco la señora y me comento que su hija estaba muy triste porque la maestra Elizabeth ( o sea yo) no la apapachaba a ella como lo hacia con otros niños, esto me sorprendió yo trate de explicarle a la señora que yo trataba a todos los pequeños de la misma manera, pero que si en algún momento había hecho sentir mal a la niña no lo hice con intensión de hacerla sentir mal, la mamá me dijo no maestra no es eso solo que Paulina dice que a la hora de la comida usted les da a algunos niños de comer en la boca y a ella no, en ese momento me sentí muy mal porque algo que yo lo veía tan normal a una pequeña le había parecido que la maestra no la quería; con esta anécdota me doy cuenta que en verdad los adultos dejamos de maravillarnos de las cosas mas sencillas, sino que estos detalles podemos dejar una grave huella en un pequeño.

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