ANECDOTA 2

El año pasado estuve en el grupo de preescolar 2 B, un grupo de 24 alumnos ,14 ñiñas y 10 niños, en este grupo se encontraba Sebastian un niño con paralisìs en la mitad del cuerpo, la mestra que lo habia tenido el año anterior decia que era un niño grosero, pagalòn que no obedecia , hasta la directora le queria negar la inscripciòn por que decia el niño era una amenaza para los demas , debido a estos comentarios yo me encontraba asustada, por que demàs era el primer año que estaba como titular de un grupo aun asì decidi tomar el grupo, con el tiempo me di cuenta que lo que decian de Sebastian era cierto pero que el tenia esa actitud porque se sentia rechazado por todos y era una forma de llamar la atenciòn queria sentirse parte del grupo. Todos sus compañeros lo rechazaban no querian jugar con el y cuando algo queria preferian darselo para que no les pegara o hiciera "berinche".
Con el paso del tiempo pense que si le pedia que me ayudaba lo mantendria ocupado, asì que decidi encarlo de repartir el material, como las tijeras, colores, resistol, toallitas en fin todo lo que mas se pudiera, ñesto resulto mejor de lo que yo me esperaba pues creo que el se sentia contento y efectivamente su actitud empezo a cambiar un poquito, hasta la mamà se dio cuenta y hablo conmigo, me digo que Sebastian decia que queria mucho a su maestre Eli o sea yo.
El dia. a< de hoy Sebastian sigue siendo mi alumno y me siento feliz de verlo jugar con sus compañeros, es cierto que su aprendizaje no es el mismo que el de los demàs, pero ya me pone mas atencion , a aprendido a escribir su nombre, cuenta y reconoce los nùmeros del 0 al 10, y sabe que tanto en el salon como en casa existen reglas y que tenemos que respetarlas; aunque aveces las olvida, yo me acerco y lo abrazo para recordarselas.
Para mi es importante esta anecdota porque me pude dar cuenta de dos cosas, que al etiquetar a un niño le podemos hacer mucho daño pero tambien con un abrazo podemos cambiar muchas cosas. Y como me dice una persona muy cercana a mi nunca hay que olvidar que INFANCIA ES DESTINO